Momentos despreocupantes de mi vida, horas de disfrute, meses sin soltar una lágrima que no valga la pena. Es tiempo de ser joven, de ser atrevida e imaginativa, de rozar lo infinito con la yema de mis dedos, el cielo, las nubes y las alas que mi vida ha ido fabricando...

¿Qué por qué?

Por la sencilla razón de que no quiero sufrir más, quiero vivir y experimentar una vida en la que cuando llegue la hora de los malos momentos, YO, ya esté preparada. 

Para lo que se me interponga en el camino de la vida y para aquello que alguna vez me hizo sentir inferior.