(...)Los días fueron pasando, la angustia fue aumentando, el amor se fue acumulando, el miedo y el desconocimiento a lo que me pasaba me atormentaba. Nos llevábamos bien, pero al verlo conectado mi corazón latía demasiado fuerte, el sudor y la sonrisa nerviosa… Nunca faltaban. Temblaba, los nervios empeoraban cada día, ésta “cosa rara” que sentía no sólo me causaba sensaciones que nunca antes había tenido, me ponía demasiado nerviosa, y me volvía tonta. Como dicen: “El amor te vuelve {más} pelotudo.” El tratar de gustarle constantemente me hacía pensar una y otra vez BIEN que le iba a decir para parecerle interesante, y con él nunca más pude ser yo.
♪.
lunes, 17 de enero de 2011
Si, podriamos decir que la vida es una gran anécdota.
¿Tú que vas de flor en flor?
No, yo voy de capullo en capullo.
No, yo voy de capullo en capullo.
-¿Qué te pasa?, ¿es la regla?
-Y tu cara de gilipollas, ¿es de nacimiento?
-Sé que te pongo.
-Que me pones ¿qué?¿Enferma?
-Y tu cara de gilipollas, ¿es de nacimiento?
-Sé que te pongo.
-Que me pones ¿qué?¿Enferma?