♪.

jueves, 13 de enero de 2011


La luz me iluminaba toda la cara. Harían 30 grados, y yo con un saco no tenía calor.
Simplemente miraba el sol hasta enceguecerme, y anular cualquier pensamiento que pasara por mi mente.
No sabía si éra el amor, la amistad, la distancia, la soledad, la decepción, su mirada, su indiferencia, su olvido, sus palabras, su sonrisa, su ausencia, o simplemente una melancolía por aquella tarde soleada.
Cerraba los ojos y pedía que  caigan gotas de ése cielo azul. Pedía que se vuelva gris.
Apenas casi pensaba, con la boca seca tragaba lo que me quedaba de saliva. Y así quedó mi mirada centrada en el piso.
No sabía si era el amor, la amistad, la distancia, la soledad, la decepción o su mirada.
O simplemente una melancolía por aquella tarde soleada.
Si, podriamos decir que la vida es una gran anécdota.

No te escupo en la cara porque sé que la vida lo hará mejor que yo


Haz que se pregunten por qué sigues sonriendo.


Mírame, ¿cres que tengo ganas de perder el tiempo contigo?


¿Tú que vas de flor en flor?
No, yo voy de capullo en capullo.
-¿Qué te pasa?, ¿es la regla?
-Y tu cara de gilipollas, ¿es de nacimiento?


-Sé que te pongo.
-Que me pones ¿qué?¿Enferma?

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